LOS 101
KMS DE RONDA 2014
La carrera se presentaba con infinidad de dudas;
infinitamente más que el año pasado, lo cual no tenía ningún sentido ya que
sabía a lo que me enfrentaba pero, por un lado, mis circunstancias personales
que apenas me dejan tiempo para entrenar y, por otro, mis ganas de mejorar el
tiempo del año pasado hacían que yo fuese una GRAN DUDA: mochila/cinturón,
pantalones/mallas, manga corta/tirantas, estrategia en los avituallamientos,
bastones sí o no, etc… en definitiva, hasta cinco minutos antes de salir de
casa no sabía qué iba a ponerme ni cómo planificar la carrera ni, mucho menos,
a quién iba a pegarme durante la misma porque insensato todos lo somos, yo a
veces bastante, pero de ahí a suicida todavía no me considero, por lo que creía
que era un disparate salir en el grupo élite de CUMBRE 14, con Pepe Tortosa,
Domin, Antonio y compañía, a los cuales les tengo bastante respeto… Aunque me
animaron bastante a que me uniese a su grupo, creía más sensato salir con mis
amigos Miguel, Antonio Jiménez y Juan Sierra, a los que también les tengo gran
admiración.
A este
segundo grupo intenté convencerlos para que nos uniésemos al grupo élite, al
menos para afrontar los primeros kilómetros y luego sálvese quién pueda, y
parecía que esa era la idea, pero creo que me siguieron la corriente como a los
locos de manera que en la cuesta de salida del estadio miro para atrás y
ohhhhh, sorpresa!!! ¿dónde están? ¿en qué lío me he metido?. La cuestión es que me veo con los titanes del
club afrontando 101 kms. con unas condiciones climáticas “fresquitas” y a un
ritmo de poco comer bocatas de jamón y tortilla de patatas y hacernos fotos,
como el año pasado con el gran equipo de “Los Jorasses” y las Jorassas, a los y
las que tanto eché de menos durante la carrera.
A Pepe
se lo llevaban los demonios en el inicio de
carrera y nos empujaba por la cintura a los demás del grupo tratando de
que adquiriésemos el ritmo que buscaba… Menos mal que había gente sensata
también en ese grupo y Antonio Sánchez me inspiró un poco de tranquilidad y ya
no había vuelta atrás, así que me uní al ritmo impuesto por él junto a Nacho y
Juan, porque lo que es a Pepe y Domin los perdimos nada más cruzar el Tajo…Qué
locos!!!
El
ritmo de Antonio me parecía muy bueno y sabía que, si lo aguantaba, podríamos
hacer una gran marca… Juan y Nacho decidieron tomarse la carrera con más calma
y se quedaron un punto por detrás, mientras Antonio y yo íbamos “haciendo
camino al correr” disfrutando de la carrera, la afición que animaba y alguna
que otra participante a la que la carrera no había convertido aún en un zombi y
nos alegraba la vista.
El
calor se hacía notar, aunque a mí no me afectaba demasiado (debo tener algunos
genes de cuando la invasión de Al Andalus), de manera que la cuesta de los
cochinos tras pasar por Arriate se le atragantó un poco a Antonio y creo que
eso le pasaría factura para toda la carrera… cual fue nuestra sorpresa (la mía
aún mayor) cuando nos encontramos a Pepe y a Domin, al cual también le había
dado un golpe de calor o algo similar porque el pobre tuvo que pararse.
Me
sentía sorprendentemente bien y ahí puede que llevásemos unos 40 kms.
aproximadamente, así que fuimos un poco insolidarios y dejamos a Domin solo y
seguimos los tres (imaginaos si le pasa algo a Domin lo que nos hubiera caído
sobre nuestras conciencias).
Volvimos
a recuperar el ritmo y así seguimos unos kilómetros hasta que Antonio también
se quedó lastrado por su deshidratación de la cuesta “cochinera”… Ahora sí que
sí: ¿Dónde me había metido?: sólo ante el peligro con el gran Pepe Tortosa
dando caña a ver si dábamos caza a la chica murciana que no había quién la
alcanzase.
Los
kilómetros iban pasando y así llegamos a Alcalá del Valle (aprox. Km. 50) en un
tiempo fenomenal, lo que nos hizo pensar en bajar de las 12 horas (ilusos de
nosotros; pero la carrera ya se encargaría de ponernos en nuestro sitio y
calmar nuestro ataque de optimismo.
La
llegada a Setenil fue muy emocionante con el público sentadito a la sombra
animando entre cervezas y tapitas (que gente más loca!!! ¿a quién se le ocurre
irse de tapas pudiendo hacer 101 kms. a 35 grados?).
A
partir de ahí la carrera nos volvió más introvertidos y hablábamos menos que en
misa… a mí me daba cosa hasta parar a orinar porque no había tregua…tampoco es
que me saliera mucho más que dos gotitas color fosforito…
El
perfil de la segunda parte de la carrera se tornaba más empinado que el de la
primera parte (o al menos eso me parecía a mí) y prueba de ello fue la gran
cantidad de “cadáveres” que fuimos recogiendo por el camino, especialmente los
participantes de la modalidad de equipos, donde alguno estaba recibiendo
atenciones del resto del equipo con las “patas” para arriba y otros,
simplemente, echando su primera papilla.
¡¡¡Qué
bien me encuentro!!! ¿quién sería yo si entrenara? Jejeje… Llegamos al cuartel
y ya no nos salían las cuentas: por debajo de las 12 horas ni de coña!!!. Nos
cambiamos los calcetines y las zapatillas y, lo más importante, cogimos los
bastones: qué gran acierto; ojalá los hubiese tenido desde Setenil. Ya parecía que esto estaba al alcance de las
manos (…o de las piernas).
Subimos
y bajamos la interminable ermita con luz solar y no encendimos el frontal hasta
la salida de Benaoján para enfrentarnos a uno de los tramos más duros de la
carrera. Hasta que llegamos a la cuesta
del cachondeo (Pepe: cómprate un frontal y unos bastones en condiciones) donde
la motivación era ya menos ambiciosa pero había que seguir luchando para
conseguir lograr nuestro siguiente objetivo: bajar de las 13 horas, es decir,
entrar en el mismo día en que partió la carrera.
Así que
decidí poner un buen ritmillo con ese objetivo y así fuimos dando caza a
nuestras últimas “capturas” y, tras salir de la cuesta, me dio un ataque de
chulería y me puse a esprintar como si de una serie se tratase, pensando que la
cuesta ya nos era favorable: craso error…había más cuesta!
Ya sí,
la cuesta hacia arriba se invirtió y ahora afrontábamos el paseo de la Alameda
con mucho público animando y nosotros pletóricos con los brazos en alto cual
Abel Antón en su entrada al Estadio de la Cartuja…Ya sí que lo habíamos
logrado: 12h. 50’. Estábamos pletóricos
y satisfechos por nuestra gesta (especialmente yo, quién no sospechaba a priori
haber hecho ese tiempo).
Para
celebrarlo, Pepe pidió cuatro cervezas en la barra y nos las tomamos en un
banco del parque… tampoco íbamos tan sobrados como para tomárnoslas en la
discoteca del pueblo dándolo todo.
Acompañé
a Pepe a su hotel, donde se encontraba Beni, quién había tenido que abandonar
también por un golpe de calor… este año el sol ha hecho estragos.
Después
de cambiarme me dirigía a la meta para saludar al resto de compañeros donde,
primeramente, me encontré con Antonio Sánchez y Domin, lo que me dio mucha
alegría ya que se repusieron bien de sus bajones y, luego, con Juan Sierra,
Antonio Jiménez y Miguel.
Todo mi
afán era tomarme un Gin(iso)Tonic con ellos y aún no me explico por qué nadie
quiso acompañarme!!!
Quiero
despedirme diciendo que este logro no habría sido posible sin el grupo de los
Cumbre 14 que me animó a seguirlos, en especial a Antonio Sánchez al inicio y a
Pepe Tortosa en la segunda parte de la carrera; sin el equipo de “Los Jorasses”
a los que tanto les debo y los que me engancharon a esto de los ultras y sin la
motivación por luchar diariamente que me da mi hija (aunque no me permita
entrenar mucho).
Muchas
Gracias,
Manuel
Valero
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