QUEDADA LOS REFUGIOS
GUARDADOS DE SIERRA NEVADA
“LA CAIDA DE UN
ÍDOLO”
Los pasados días 28,29 y 30 de julio,
varios amigos del club junto con algún invitado que luego
mencionaré, pasamos tres inolvidables días corriendo por Sierra
Nevada, jornadas de convivencia, sudores, confidencias y risas,
muchas risas, y algún secreto desvelado también jajaja.
Todo comenzó hace meses cuando nuestro
incombustible Beni, me dice que qué tal, si la idea que el
año pasado no se pudo hacer, la poníamos en marcha de nuevo.
Básicamente se trataba de salir desde Jéres del Marquesado,
subir al refugio Postero Alto en donde dormiríamos, al día
siguiente ir al refugio Poqueira por un camino que él había
estudiado y el último día acabar en la Hoya de la Mora.
Al apoyarnos en los refugios el equipo
a llevar podría ser mínimo.
Pues dicho y hecho, le digo que aunque
sea, los dos solos que lo haríamos, ya que los “niñacos” del
club son muy informales y solo piensan en las cervezas.
Tras dar publicidad a la quedada,
aunque no mucha, el jueves 28 de julio nos citamos en la gasolinera
de Huetor:
En un coche, Ximo: que nos hacia
en gran favor de llevarnos, le acompañaban, Beni
y su sobrino Javier, el de Canal Sur.
En otro vehículo mi gran amigo Paco,
que nos llevaba a Carlos Prados, el médico (quien lo diría
con esa pinta), y un amigo suyo que algunas veces ha venido a correr
por las mañanas, Rodrigo Azañón, también del gremio de la
sanidad, así que íbamos seguros…
Tras las risas, presentaciones de rigor
y preguntas sobre que lleva cada uno por si hemos olvidado algo,
aunque ya era imposible volver: cafelito con hielo, “master
class” sobre mochilas de trail a cargo de Beni, (ver
vídeo, muy recomendable en yotube: una mochila entre todas la mejor,
by Beni) y para Jeres, con un calorcillo del bueno.
Los conductores Ximo y Paco,
decidieron hacer la subida con nosotros para luego bajarse de noche
ambos juntos.
Así que aparcamos, primeras fotos, y a
ritmo de “tócate los huevos”, empezamos a “andar”,
Paco, el que lleva la equipación de Trigranada, no paraba de
preguntar que cuanto se tardaba, que tenía que llegar a Granada para
cumplir no se que cosa….,tengo que poner orden y avivar el ritmo,
¡¡tiene narices que sea yo!!, que venía de 20 días en Pamplona
con San Fermín de por medio…
Al principio fácil, luego empieza a
picar para arriba hacia el área recreativa de La Tizná y ya
la gente de a uno, Ximo iba feliz, con su cámara de video
super enana de los chinos, esa que te dan cuando compras una docena
de huevos en el Lidl, no paraba de hacer fotos y grabar. ¡Que
pedazo de tío! y de buena gente, siempre maquillado con esa sonrisa
abierta perpetua, y porque ¡como encaja las bromas!. (El video que
habréis visto está realmente espectacular “pa” la m…
de cámara que llevaba).
Entre risas y explicaciones
topográficas de Beni, ¡que no tienen desperdicio!, llegamos en unas
dos horitas al refugio, era ya casi de noche.
El refugio, muchos lo conocéis, está
genial, poca gente, un grupo de 6, y nosotros.
Eso si, al llegar había tres chicas
de Málaga esperando a un taxi para bajarse, pues venían de
hacer la Integral desde Nigüelas y claro, allí que
nos pegamos a ver que pasaba, y claro el más caballero del grupo,
Ximo, se ofreció a bajar corriendo y volver a subir con su coche, si
el taxi no llegaba, lo que no sé es si les pidió el núm de
teléfono..
Por desgracia para él el taxi vino
jajajajaj.
En Postero Alto
“Mi Paco” fue llegar, tomar una
cerveza y como una moto para abajo solito y sin conocer el camino,
¡¡¡que bonito es el amor!!!, ¿o no?
La cena, para reventar de comida y de
risas, y preguntas de nutrición al pobre de Javier que ni en la
montaña le dejan en paz, jajaja. (como está el video no me
explayo), despedimos a Ximo con muchísima pena la verdad y nos
quedamos disfrutando de una noche espectacular con un cielo
estrellado y donde hubo que aguantar a Carlitos dando una teórica
sobre estrellas sin tener ni puñetera idea, solo hablaba de la
tetera y dale con la tetera, si hubiese dicho la teta, alguno hubiera
puesto más atención…, pero en fin, nos miramos Beni y yo y lo
dejamos, ¡cada uno ha de tener su momento de gloria!.
Javier alucinaba, seguro que pensaba
“¡vaya pandilla”!.
Todos estábamos en la misma
habitación, no quiero dar pistas pero a alguno la próstata lo va a
matar, con tanto levantarse a evacuar, y otros con los ronquidos,
pero no doy nombres, ya sabéis que no me gusta hacer sangre.
Día 29
No madrugamos mucho, “pa qué”,
teníamos todo el día por delante.. Nos prepararon en el refugio un
pedazo de bocata de jamón y queso que no nos cabía en la mochila,
el pobre de Carlos perdió todo su glamour el llevar el bocata por
fuera de su pedazo de mochila, que si, muy chula, pero al final
bocata colgando en plan perro flauta con bolsa de plástico blanca
dando el cante.
Empezamos a subir andando camino del
Puerto de Trevélez y a mitad de subida me dio cuenta que la
altura se va notando, pregunto y efectivamente Javier parece que va
como un poco “borracho”, (es una sensación como de que
giran un poco las cosas, vas flotando…, en fin lo que a todos os
pasa los jueves después de entrenar y las cervezas) algo
natural por la falta de costumbre.
Bajamos un poco el ritmo, más bromas y
chorradas para distraer y parando en muchos arroyos que encontramos y
en un pis pas ya estábamos arriba y carrerita para abajo que ya
teníamos mono de correr hasta la Hoya del Toro.
En el río Juntillas
Subiendo por el barranco del Goterón
En el Yunque
Por los Pardos de Chordi, al fondo el Mulhacén
Seguimos y nos plantamos en la laguna Hondera, tomamos agua, explicamos el camino a Trevélez a un chaval de Cataluña que me preguntó (al ver que era el que más pinta de corredor tenía) si estábamos preparando algún ultra, y ganas me dieron de meterle una bola, pero me contuve…
Carlos en laguna Hondera
Subidita por la Cuesta del Resuello
corriendo y salimos encima del Poqueira y ahora a bajar, dicen
que “pa bajo hasta la mier… corre”, pero esto es otro
cantar, Beni como perro viejo se echó a la izquierda y más o menos
bien, se le pegó Rodrigo, pero los que bajamos a huevo, joder una
“putada” y gorda, bajar por las piedras, Javier iba
rajando en arameo pero bien, le deje un bastón y se apañaba mejor
“pa”ser sevillano!
En el refugio que decir, cerveza nada
mas llegar, y risas, ducha fría para no gastar, y relax a esperar a
Xomin y Antonio Casado que se tenían que incorporar..
Javier que se había olvidado echarse
crema solar, ¡parecía una gamba, rojo como un tomate!. Aún así,
le reconoció un tío, ¡es guay ser conocido!
Nos mandaron un mensaje cuando bajaban
del Mulhacén, echamos cuentas y cuando estábamos a punto de salir a
por ellos pues tardaban un montón y nos temíamos lo peor, aparecen
como siempre riendo y saludando, ¡¡que craks!!, les traigo una
cerveza aunque no se la habían ganado.
Entre risas y algunas llamadas de
algunos, a dar novedades a la familia, llegamos a la cena…
Se nos puso con nosotros un tipo un
poco especial, lo vimos llegar por la tarde con su BTT y sus
alforjas, unos “sesentaitantos” e iba sólo y parecía
catalán, luego resultó ser valenciano.
Una vez sentados a la mesa, algunos
muestran su cabreo por que, al parecer, alguien había lavado su ropa
y la había puesto a tender encima de la nuestra que ya estaba seca y
claro, se volvió a empapar, y nuestras pesquisas iban en la
dirección del valenciano que el azar puso en nuestra mesa, puesto
que antes Rodrigo con eso de que era ciclista le había dado
conversación.
Busco, el momento oportuno, porque no
dejaba de hablar y le comento que hemos estado a punto de tirar toda
la ropa que habían puesto mojada sobre la nuestra, al fondo del
barranco, con “cara de poker” dice que fue sin darse
cuenta, le perdonamos..…
En fin, luego no parecía mala gente,
pero un poco temerario por ir solo con tanto peso en la bici por
sitios que si necesitara ayuda mal lo iba a tener, y más aún, por
mojar nuestra ropa, jaja. (nos comentó que su mujer le animaba para
que se fuera sólo, normal, para ver si se perdía de una vez).
Acabada la cena y con cierta reservas
por parte de algunos, nos fuimos a una esquina a charlar un rato y
tomar una copilla, no todos, siempre hay alguno muy sano, …
Aquí entre batallitas de Antonio que
ya en la cena nos fue contando sobre rescates pasados y que
despiertan nuestro interés y admiración por él, sale a colación
un rescate de unos “etarras”, intentaré resumir un poco.
Al parecer, se lesionaron de cierta
gravedad dos hombres y tuvo que intervenir el equipo de Antonio,
después de muchas dificultades y tras dura marcha ya casi de noche
acceden a ellos y los ponen en la camilla, que tienen que transportar
a hombros por esas sendas, pues el helicóptero debido al mal tiempo
no podía.
Comenta Antonio que le extrañaba las
malas maneras de dirigirse a ellos, encima que lo estaban salvando,
pero bueno, él seguía con la camilla al hombro tirando del herido.
Debido al tiempo, deciden pasar la
noche en un refugio de circunstancias en la Majada del Palo las
camillas tienen que quedarse fuera porque no cabían, pero eso sí,
bien abrigadas.
En esto que el herido que portaba
Antonio, le dice que quiere hacer sus necesidades y le dicen que
vale, que como está atado, que le inclinan la camilla, para que
meara, pero este les dice que no, que no puede sacársela, que
necesita ayuda, y claro, ¿sabéis quien se presentó rápidamente
voluntario?, ¡¡¡bingo!!, Antonio, saltó de su sitio y antes de
que nadie dijese nada, ya estaba desabrochando la bragueta del
herido, y animándole con palabras “suaves” a que
miccionara, al final, las sacudidas de rigor, y con una sonrisa de
oreja a oreja deja a su querido enfermo la mar de feliz.
Yo y todos, al oir la historia no
dábamos crédito, una cosa es ser un profesional, ¡que lo es!, no
me cabe duda, y otra muy diferente, cogerle a un “elemento”,
sus partes nobles y sacudírsela, el dice que solo tres veces, ya
sabéis, las reglamentarias, pero para mi fue muy fuerte, mi ídolo
se caía, y no sé si algún día volverá a su lugar, lo dudo.
Encima al ver mi estupefacción, me
pasó la mano por la cara diciéndome: ¡ con esta fue!, ¡con esta
fue!, que ¡¡¡humillación que asco!!.
Al parecer posteriormente detuvieron a
esos elementos por pertenencia a la Kaleborroca, o como se escriba.
¿Saldrá alguien en breve del armario
en este nuestro gran club?
Esa noche no dormí apenas, había
quedado en schok y encima dormía arriba, jajaj
Día 30
Con el follón del refugio, a las 8
estábamos desayunando y sobre las 9 ya empezamos la carrerita, con
Antonio delante, la cosa ya cambia, y mucho.
Justo cuando ya las revoluciones
estaban por las nubes y a punto de tirar la toalla subiendo por la
senda que lleva a Río Seco, va y
¡se pierde el tío!, no me lo podía creer, ¡¡¡Dios es
Grande!!!!, está claro hasta al mejor escribano se le escapa un
borrón, (bueno este ya llevaba dos en muy poco tiempo), pero sí,
creérselo, perdió la senda y nos metió por un cortado de “iones”,
a todos no claro, Beni es mucho Beni, y con sus bastones y a su paso,
siguió el camino correcto y llegó casi a la vez que nosotros al
barranco de Río Seco, reorganización, caña al guía y a
seguir que hoy si que la cosa iba de correr, si ayer fue casi más
andar, hoy no.
Llegamos a la pista y para la
Carihuela, Antonio, Xomin, Carlos y Javier, deciden ir por el
Paso de la Cadena, habéis visto el video, y subir al Veleta
pues Javier no había subido nunca, el resto preferimos seguir
corriendo.
Javier en el Veleta
Nos cruzamos con un trío donde iba una
chica con una pinta de corredora que nos dejó pasmaos, (creo que uno
la pilló haciendo sus necesidades y ese se quedó más pillao aún
jjjj).
Quedamos en la Carihuela en donde nos
encontramos con Super Paco y su hijo, bueno y un montón de
gente, porque el sábado esa zona estaba que parecía la calle
Mesones.
En Lagunillos de la Virgen
Los saludamos, llegaron el resto del
equipo y a toda leche para los Lagunillos de la Virgen y la
Laguna de las Yeguas y ya, a saco hacia la Hoya de Mora,
¡se olía la cuadra y la cerveza!, en donde estaba el coche de
Antonio, y en donde iría mi amigo Luis, lo conocéis de una
cena de Navidad, que vendría a por nosotros y que fue el que hizo el
vídeo de la llegada.
Javier llegando a la Hoya de la Mora
Todo el grupo en la Hoya de la Mora
Sobre las 12 ya estábamos allí, con
un día precioso, llenísimo de gente y de ciclistas, más risas y
abrazos, y una vez cambiados, rápidamente para Granada,
paramos en Los Puentes a tomar una cervecita que supo a gloria
y de allí a Pinos Genil, a Los Cazadores a tomarnos un
arrocito caldoso, morcillas, chorizos etc.
Que decir, risas, alegrías, fotos de
los camareros con Javier, (sólo le piden autógrafos tíos y mujeres
de más de 120 kilos), no hay nada como llevar un famoso, jajaja.
Alguna broma a una mesa con 5 chicas
que había al lado, y la sensación de que tenemos mucha, mucha
suerte por tener esta afición que nos hace sentir en contacto con la
naturaleza, nos hace retarnos a nosotros mismos en esas cuestas que
nos quitan el aire y que sobre todo, nos ha hecho conocer a una gente
excepcional, que sabe sufrir y disfrutar de la amistad y de esa
cerveza que sabe mejor que la mejor de las bebidas y que hace que
esos momentos se queden para siempre grabados con tinta indeleble en
nuestros corazones.
A los que no han venido, espero que
estas líneas les animen para el año que viene o para próximas
quedadas, porque, por muchas obligaciones que tuvierais, sin duda, os
habéis perdido una experiencia irrepetible. Y a los que hemos
disfrutado de estos días que os voy a decir?, que no cambiéis, pese
a que lo intenten, jajajajajjaj.
Itinerario general seguido. En números redondos han sido:
50 km
4.000 m (+)
12h 45 m tiempo total de marcha/carrera
Besitos pa toos
Emilio
https://youtu.be/JEkOVsEvtRU
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