sábado, 17 de mayo de 2014

CRÓNICA DE LOS 101 KM DE RONDA 2014

LOS 101 KMS DE RONDA 2014

            La carrera se presentaba con infinidad de dudas; infinitamente más que el año pasado, lo cual no tenía ningún sentido ya que sabía a lo que me enfrentaba pero, por un lado, mis circunstancias personales que apenas me dejan tiempo para entrenar y, por otro, mis ganas de mejorar el tiempo del año pasado hacían que yo fuese una GRAN DUDA: mochila/cinturón, pantalones/mallas, manga corta/tirantas, estrategia en los avituallamientos, bastones sí o no, etc… en definitiva, hasta cinco minutos antes de salir de casa no sabía qué iba a ponerme ni cómo planificar la carrera ni, mucho menos, a quién iba a pegarme durante la misma porque insensato todos lo somos, yo a veces bastante, pero de ahí a suicida todavía no me considero, por lo que creía que era un disparate salir en el grupo élite de CUMBRE 14, con Pepe Tortosa, Domin, Antonio y compañía, a los cuales les tengo bastante respeto… Aunque me animaron bastante a que me uniese a su grupo, creía más sensato salir con mis amigos Miguel, Antonio Jiménez y Juan Sierra, a los que también les tengo gran admiración. 


A este segundo grupo intenté convencerlos para que nos uniésemos al grupo élite, al menos para afrontar los primeros kilómetros y luego sálvese quién pueda, y parecía que esa era la idea, pero creo que me siguieron la corriente como a los locos de manera que en la cuesta de salida del estadio miro para atrás y ohhhhh, sorpresa!!! ¿dónde están? ¿en qué lío me he metido?.  La cuestión es que me veo con los titanes del club afrontando 101 kms. con unas condiciones climáticas “fresquitas” y a un ritmo de poco comer bocatas de jamón y tortilla de patatas y hacernos fotos, como el año pasado con el gran equipo de “Los Jorasses” y las Jorassas, a los y las que tanto eché de menos durante la carrera.

A Pepe se lo llevaban los demonios en el inicio de  carrera y nos empujaba por la cintura a los demás del grupo tratando de que adquiriésemos el ritmo que buscaba… Menos mal que había gente sensata también en ese grupo y Antonio Sánchez me inspiró un poco de tranquilidad y ya no había vuelta atrás, así que me uní al ritmo impuesto por él junto a Nacho y Juan, porque lo que es a Pepe y Domin los perdimos nada más cruzar el Tajo…Qué locos!!!

El ritmo de Antonio me parecía muy bueno y sabía que, si lo aguantaba, podríamos hacer una gran marca… Juan y Nacho decidieron tomarse la carrera con más calma y se quedaron un punto por detrás, mientras Antonio y yo íbamos “haciendo camino al correr” disfrutando de la carrera, la afición que animaba y alguna que otra participante a la que la carrera no había convertido aún en un zombi y nos alegraba la vista.

El calor se hacía notar, aunque a mí no me afectaba demasiado (debo tener algunos genes de cuando la invasión de Al Andalus), de manera que la cuesta de los cochinos tras pasar por Arriate se le atragantó un poco a Antonio y creo que eso le pasaría factura para toda la carrera… cual fue nuestra sorpresa (la mía aún mayor) cuando nos encontramos a Pepe y a Domin, al cual también le había dado un golpe de calor o algo similar porque el pobre tuvo que pararse.

Me sentía sorprendentemente bien y ahí puede que llevásemos unos 40 kms. aproximadamente, así que fuimos un poco insolidarios y dejamos a Domin solo y seguimos los tres (imaginaos si le pasa algo a Domin lo que nos hubiera caído sobre nuestras conciencias).

Volvimos a recuperar el ritmo y así seguimos unos kilómetros hasta que Antonio también se quedó lastrado por su deshidratación de la cuesta “cochinera”… Ahora sí que sí: ¿Dónde me había metido?: sólo ante el peligro con el gran Pepe Tortosa dando caña a ver si dábamos caza a la chica murciana que no había quién la alcanzase.

Los kilómetros iban pasando y así llegamos a Alcalá del Valle (aprox. Km. 50) en un tiempo fenomenal, lo que nos hizo pensar en bajar de las 12 horas (ilusos de nosotros; pero la carrera ya se encargaría de ponernos en nuestro sitio y calmar nuestro ataque de optimismo.

La llegada a Setenil fue muy emocionante con el público sentadito a la sombra animando entre cervezas y tapitas (que gente más loca!!! ¿a quién se le ocurre irse de tapas pudiendo hacer 101 kms. a 35 grados?).

A partir de ahí la carrera nos volvió más introvertidos y hablábamos menos que en misa… a mí me daba cosa hasta parar a orinar porque no había tregua…tampoco es que me saliera mucho más que dos gotitas color fosforito…

El perfil de la segunda parte de la carrera se tornaba más empinado que el de la primera parte (o al menos eso me parecía a mí) y prueba de ello fue la gran cantidad de “cadáveres” que fuimos recogiendo por el camino, especialmente los participantes de la modalidad de equipos, donde alguno estaba recibiendo atenciones del resto del equipo con las “patas” para arriba y otros, simplemente, echando su primera papilla.

¡¡¡Qué bien me encuentro!!! ¿quién sería yo si entrenara? Jejeje… Llegamos al cuartel y ya no nos salían las cuentas: por debajo de las 12 horas ni de coña!!!. Nos cambiamos los calcetines y las zapatillas y, lo más importante, cogimos los bastones: qué gran acierto; ojalá los hubiese tenido desde Setenil.  Ya parecía que esto estaba al alcance de las manos (…o de las piernas).

Subimos y bajamos la interminable ermita con luz solar y no encendimos el frontal hasta la salida de Benaoján para enfrentarnos a uno de los tramos más duros de la carrera.  Hasta que llegamos a la cuesta del cachondeo (Pepe: cómprate un frontal y unos bastones en condiciones) donde la motivación era ya menos ambiciosa pero había que seguir luchando para conseguir lograr nuestro siguiente objetivo: bajar de las 13 horas, es decir, entrar en el mismo día en que partió la carrera.

Así que decidí poner un buen ritmillo con ese objetivo y así fuimos dando caza a nuestras últimas “capturas” y, tras salir de la cuesta, me dio un ataque de chulería y me puse a esprintar como si de una serie se tratase, pensando que la cuesta ya nos era favorable: craso error…había más cuesta!

Ya sí, la cuesta hacia arriba se invirtió y ahora afrontábamos el paseo de la Alameda con mucho público animando y nosotros pletóricos con los brazos en alto cual Abel Antón en su entrada al Estadio de la Cartuja…Ya sí que lo habíamos logrado: 12h. 50’.  Estábamos pletóricos y satisfechos por nuestra gesta (especialmente yo, quién no sospechaba a priori haber hecho ese tiempo). 

Para celebrarlo, Pepe pidió cuatro cervezas en la barra y nos las tomamos en un banco del parque… tampoco íbamos tan sobrados como para tomárnoslas en la discoteca del pueblo dándolo todo.
Acompañé a Pepe a su hotel, donde se encontraba Beni, quién había tenido que abandonar también por un golpe de calor… este año el sol ha hecho estragos.

Después de cambiarme me dirigía a la meta para saludar al resto de compañeros donde, primeramente, me encontré con Antonio Sánchez y Domin, lo que me dio mucha alegría ya que se repusieron bien de sus bajones y, luego, con Juan Sierra, Antonio Jiménez y Miguel.

Todo mi afán era tomarme un Gin(iso)Tonic con ellos y aún no me explico por qué nadie quiso acompañarme!!!

Quiero despedirme diciendo que este logro no habría sido posible sin el grupo de los Cumbre 14 que me animó a seguirlos, en especial a Antonio Sánchez al inicio y a Pepe Tortosa en la segunda parte de la carrera; sin el equipo de “Los Jorasses” a los que tanto les debo y los que me engancharon a esto de los ultras y sin la motivación por luchar diariamente que me da mi hija (aunque no me permita entrenar mucho).

Muchas Gracias,
Manuel Valero


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